Uno de los imputados asegura que la sobrina de la víctima y el marido de ésta, ambos acusados, llevaban tres años buscando un grupo que entrase a robar en la vivienda
No hay mejor defensa que un buen ataque, o eso debieron de pensar los cuatro acusados de la muerte de Dolores Sáez, una anciana de 74 años vecina de Archena, que ayer no dudaron en incriminarse entre sí. «Me han amenazado de muerte para que cambiara mi declaración», relataba ayer Mohamed K. Éste asegura que son dos de los acusados, Naguib B. y Brahim M., los que le instaron a acompañarles a Archena para comprar droga. «Me dijeron que esperara en el coche pero escuché gritos y salí», relató. «Entré a la casa, ví a la mujer amordazada y la desaté. Luego nos fuimos los tres de la vivienda».
El relato de Brahim M. no es muy diferente, aunque cambia el papel que cumplió cada uno de ellos. «Mohamed K. me habló del robo a una casa de Archena y me encomendó la vigilancia». Este acusado aseguró que sólo se adentró en la vivienda cuando escuchó los gritos de la anciana. «La encontré atada, tendida en la cama y la desaté», relató. Horas más tarde, sin embargo, Dolores falleció asfixiada por la mordaza que le cubría la boca. «No sé que pasó después. Me fuí de la casa porque tenía miedo de Mohamed K.».
El tercero en declarar fue Naguib B., familiar del marido de Carmen S., sobrina de la víctima y presunta inductora del robo. «Carmen ya me dijo en 1999 que sus tías guardaban dinero. Iban buscando a alguien que cometiera el robo», precisó. Naguib asegura que su implicación en este caso se limitó a transportar en un coche a la vivienda de Dolores a Mohamed K., Mohamed A. y Brahim M. «Me amenazaron con hacerme daño a mí y a mi familia si no los llevaba», precisó el acusado, que negó saber qué pasó en la casa.
Naguib apuntó, asimismo, a la existencia de pagos entre los acusados para exculparse entre sí. «Mohamed A. ha pagado en Argelia a Mohamed K. para que lo exculpe», apuntó.
Mohamed A., el último de los acusados de la muerte de Dolores, aseguró ayer no saber nada acerca de estos hechos aunque sí reconoció que conocía a algunos de los acusados porque son naturales del mismo pueblo argelino. «Esto suele ocurrir en mi pueblo. Cuando a uno le inculpan, siempre trata de arrastrar a los demás».
El relato de Brahim M. no es muy diferente, aunque cambia el papel que cumplió cada uno de ellos. «Mohamed K. me habló del robo a una casa de Archena y me encomendó la vigilancia». Este acusado aseguró que sólo se adentró en la vivienda cuando escuchó los gritos de la anciana. «La encontré atada, tendida en la cama y la desaté», relató. Horas más tarde, sin embargo, Dolores falleció asfixiada por la mordaza que le cubría la boca. «No sé que pasó después. Me fuí de la casa porque tenía miedo de Mohamed K.».
El tercero en declarar fue Naguib B., familiar del marido de Carmen S., sobrina de la víctima y presunta inductora del robo. «Carmen ya me dijo en 1999 que sus tías guardaban dinero. Iban buscando a alguien que cometiera el robo», precisó. Naguib asegura que su implicación en este caso se limitó a transportar en un coche a la vivienda de Dolores a Mohamed K., Mohamed A. y Brahim M. «Me amenazaron con hacerme daño a mí y a mi familia si no los llevaba», precisó el acusado, que negó saber qué pasó en la casa.
Naguib apuntó, asimismo, a la existencia de pagos entre los acusados para exculparse entre sí. «Mohamed A. ha pagado en Argelia a Mohamed K. para que lo exculpe», apuntó.
Mohamed A., el último de los acusados de la muerte de Dolores, aseguró ayer no saber nada acerca de estos hechos aunque sí reconoció que conocía a algunos de los acusados porque son naturales del mismo pueblo argelino. «Esto suele ocurrir en mi pueblo. Cuando a uno le inculpan, siempre trata de arrastrar a los demás».
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