La pedanía de La Algaida volvió ayer a teñirse de azulete para cerrar las fiestas en honor a su patrona, la Virgen del Rosario. Esta antigua tradición -que consiste en manchar con un tinte azul a otra persona sin ser manchado- congregó en el paraje del Río Muerto -donde hace ya varios años que se trasladó para evitar daños en las fachadas de las casas- sobre todo a jóvenes. La celebración culminó con una gran sardinada en las parrillas del paraje. El lunes, un millar de personas se concentraron en el mismo lugar para participar en las famosas gachasmigas, en las que hubo comida y bebida gratis para todos. Música, concurso de postres y ambiente festivo antes de que comenzara el pasacalles tradicional de recogida de Reinas para iniciar la célebre, popular y tradicional carrera de cintas en bicicletas en el barrio de las Minas de La Algaida, en la que participaron cerca de una treintena de peñas.
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