«Me gritaban 'moro muere' y noté algo fuerte en la cabeza»
Los acusados de atacar con un destornillador a un marroquí afirman que actuaron en defensa propia
A. Negre/ La Verdad
Este joven marroquí aún conserva en el rostro la señal de la agresión, que muestra una y otra vez al tribunal mientras bucea en sus recuerdos. «Me gritaban 'moro muere' y entonces noté algo fuerte en la cabeza», recuerda. «El destornillador me salió por la boca, entre las muelas».
La Audiencia Provincial celebró ayer el juicio contra cuatro jóvenes vecinos de Archena acusados de una agresión racista a un magrebí. Todos ellos se enfrentan a nueve años de prisión por un presunto delito de tentativa de homicidio con la agravante de abuso de superioridad y motivación xenófoba. Los imputados, sin embargo, defendieron ante el juez que la víctima había agredido con anterioridad a uno de ellos y que éste, fuera de cualquier odio racista, solo trataba de defenderse cuando le clavó el destornillador. «El hombre iba muy violento», explicaron.
Los hechos juzgados ayer en la Audiencia se remontan a la tarde del 29 de febrero de 2009 cuando los acusados y la víctima cruzaron sus caminos en la avenida Mario Spreáfico de Archena. La Fiscalía sostiene que los cuatro jóvenes se bajaron del coche en el que viajaban y, con ánimo de acabar con su vida, la emprendieron a golpes con el marroquí. «Salí del coche para ir a casa y ví a tres hombres que venían corriendo para mí gritando», relataba ayer la víctima. «Empezaron a pegarme por todo el cuerpo, me tiraron al suelo y me gritaban 'moro de mierda' y 'moro, muere'...».
La versión ofrecida ayer por los acusados fue muy distinta. Éstos sostienen que la víctima ya había agredido a uno de los acusados, Ángel L.P. horas antes y que, al coger el coche para ir al médico, tropezaron de nuevo con el magrebí y éste se abalanzó sobre el vehículo. «Cogió a Ángel y le sacó medio cuerpo del coche», relataba otro de los encausados. Fue en el transcurso de esa supuesta agresión cuando los acusados sostienen que Ángel L. atacó a la víctima con el destornillador. Él mismo confesó ayer haber agarrado lo primero que tuvo a mano en el coche para «defenderme». Este imputado propinó varios golpes con el destornillador a la víctima atravesándole uno de ellos la cabeza y saliendo por la boca. Posteriormente los acusados huyeron del lugar y se deshicieron del arma. «Ellos se fueron chillando de gusto», recalcó la víctima.
Este joven marroquí aún conserva en el rostro la señal de la agresión, que muestra una y otra vez al tribunal mientras bucea en sus recuerdos. «Me gritaban 'moro muere' y entonces noté algo fuerte en la cabeza», recuerda. «El destornillador me salió por la boca, entre las muelas».
La Audiencia Provincial celebró ayer el juicio contra cuatro jóvenes vecinos de Archena acusados de una agresión racista a un magrebí. Todos ellos se enfrentan a nueve años de prisión por un presunto delito de tentativa de homicidio con la agravante de abuso de superioridad y motivación xenófoba. Los imputados, sin embargo, defendieron ante el juez que la víctima había agredido con anterioridad a uno de ellos y que éste, fuera de cualquier odio racista, solo trataba de defenderse cuando le clavó el destornillador. «El hombre iba muy violento», explicaron.
Los hechos juzgados ayer en la Audiencia se remontan a la tarde del 29 de febrero de 2009 cuando los acusados y la víctima cruzaron sus caminos en la avenida Mario Spreáfico de Archena. La Fiscalía sostiene que los cuatro jóvenes se bajaron del coche en el que viajaban y, con ánimo de acabar con su vida, la emprendieron a golpes con el marroquí. «Salí del coche para ir a casa y ví a tres hombres que venían corriendo para mí gritando», relataba ayer la víctima. «Empezaron a pegarme por todo el cuerpo, me tiraron al suelo y me gritaban 'moro de mierda' y 'moro, muere'...».
La versión ofrecida ayer por los acusados fue muy distinta. Éstos sostienen que la víctima ya había agredido a uno de los acusados, Ángel L.P. horas antes y que, al coger el coche para ir al médico, tropezaron de nuevo con el magrebí y éste se abalanzó sobre el vehículo. «Cogió a Ángel y le sacó medio cuerpo del coche», relataba otro de los encausados. Fue en el transcurso de esa supuesta agresión cuando los acusados sostienen que Ángel L. atacó a la víctima con el destornillador. Él mismo confesó ayer haber agarrado lo primero que tuvo a mano en el coche para «defenderme». Este imputado propinó varios golpes con el destornillador a la víctima atravesándole uno de ellos la cabeza y saliendo por la boca. Posteriormente los acusados huyeron del lugar y se deshicieron del arma. «Ellos se fueron chillando de gusto», recalcó la víctima.
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