I. LARA / la Opinión
La iglesia de San Juan Bautista de Archena se quedó pequeña el pasado martes en el funeral de Francisco Tornero Tornero. Todo el pueblo quiso dar el último adiós a Paco 'El Polero', que falleció el lunes a los 51 años recién cumplidos. Una enfermedad truncó la vida de este funcionario de Justicia, "un buen padre y mejor amigo", tal y como relataba, compungido, su amigo Fabri. Todos los que lo conocían nunca olvidarán el carácter de 'El Polero', que siempre se caracterizó "por la pasión que ponía" en el trabajo que desempeñaba en el Juzgado de Paz de Archena y por intentar agradar a sus amigos y conocidos. "Si se tenía que levantar un domingo a las ocho de la mañana por cuestiones de trabajo, lo hacía sin rechistar", recordaba Fabri.
Fue fuerte hasta el último día y aguantó estoicamente los reveses que le dio la vida. "Nunca se quejó por nada, ni siquiera de su enfermedad, ni de la recta final que pasó en el hospital rodeado por todos los que le queríamos", explica su amigo.
'El Polero' -que deja esposa, una hija y un hijo de 21 y 16 años, respectivamente- era un apasionado de la Semana Santa archenera. No llegó a ser cofrade, pero sí que acompañó en alguna que otra procesión a los pasos de Nuestro Padre Jesús Nazareno y al de la Cruz de los Espejos.
Fue fuerte hasta el último día y aguantó estoicamente los reveses que le dio la vida. "Nunca se quejó por nada, ni siquiera de su enfermedad, ni de la recta final que pasó en el hospital rodeado por todos los que le queríamos", explica su amigo.
'El Polero' -que deja esposa, una hija y un hijo de 21 y 16 años, respectivamente- era un apasionado de la Semana Santa archenera. No llegó a ser cofrade, pero sí que acompañó en alguna que otra procesión a los pasos de Nuestro Padre Jesús Nazareno y al de la Cruz de los Espejos.
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